Realmente es sencillo descubrir los fondos marinos menos profundos, a los que habitualmente no prestamos atención, pero que están llenos de colorida vida, de multitud de inofensivas especies que deambulan por paisajes de gran belleza y valor medioambiental. Para asistir al espectáculo de vida, color y textura de nuestras aguas bastan unas gafas de bucear, unas aletas y un tubo. Además, no hace falta ser deportista o tener una forma física excepcional, no hay límite de edad y ni tan siquiera hace falta ser un buen nadador : con un chaleco de flotación podremos levitar sin cansancio por la superficie y realizar seguras excursiones acuáticas. Para practicar esta actividad, es necesario que llevemos protección solar, ya que el tiempo inmersos en tan semejante escenario se nos pasará volando, permitiéndonos disfrutar largo rato de la sencilla contemplación de unos fondos excepcionales, que permanecen como valioso patrimonio natural, oculto a la mayoría de los visitantes de nuestras aguas.