Descubre la mejor forma de disfrutar Altea con niños
Si existe un lugar en el mundo tan mágico que atrape a pequeños y mayores ese lugar es Altea. “La Villa Mágica del Mediterráneo” como algunos la llaman, ofrece un sinfín de posibilidades para que toda la familia se lo pase en grande.
Se acerca Semana Santa y es una oportunidad genial para conocer este pueblo con encanto ubicado entre mar y montaña.
Altea alberga historia, leyendas y arte entre sus calles empedradas y empinadas y el mar, te abre un mundo apasionante de deportes naúticos, playas y calas con mucho encanto.
Las Fuentes de Algar en la Sierra de Bernia
•Las Fuentes de Algar en la Sierra de Bernia. Situadas a 20 km de Altea, el camino que lleva hasta ellas es pura y exhuberante naturaleza. Semana Santa es una época ideal para visitarlas porque solo el trayecto ya merece la pena: repleto de vegetación mediterránea en su máxima esplendor primaveral lleno de nísperos que adornan el paisaje. Es un recorrido de 1,5 km a lo largo del cauce del río Algar, con numerosas cascadas y manantiales que esculpen las rocas o los famosos “tolls” en los que darse un baño. Es todo un paraíso para los peques, con zonas de picnic, unas vistas increíbles de la “Serra Gelada” y un Dinopark!!. ¿Puede haber mejor plan?Si lo vuestro es el mar, Altea también posee una gran oferta de actividades relacionadas con él. Desde tomar ese primer baño que indica que el verano ya está cerca en una de sus playas o calas (si el tiempo lo permite) hasta disfrutar de las actividades acuáticas en sus distintos puertos como alquilar un kayak o practicar Stand-up paddle en el puerto de Campomanes. Podéis explorar la zona en familia, hay empresas que organizan rutas, o simplemente disfrutar de estas actividades e introducir a los más pequeños en los deportes naúticos (a partir de 6 años). Si prefieres el buceo tienes el centro de buceo Greenwichdiving entre otros.
Parque Natural de la Serra Gelada
Se encuentra entre las bahías de Altea y Benidorm y son aproximadamente 5.000 hectáreas de espacio natural protegido que se recorren por caminos señalizados en los cuales unos carteles van indicando los puntos más importantes. Es un ecosistema de increíble valor ecológico y ambiental, declarado Parque Natural Marítimo-Terrestre. Es una ruta preciosa de unos 6 kilómetros, con senderos repletos de pinos y numerosas aves como el halcón peregrino. Un paseo ideal para realizar en familia, con niños, sin dificultad y desde el cual se puede ver la bahía de Altea, el peñón de Ifach y la ciudad de los rascacielos, Benidorm. La parte marítima del parque no os la podéis perder. Podéis alquilar una embarcación o hacerla con kayak o practicando algún deporte naútico como el paddle surf y descubrir como el fondo está pleno de frondosos bancos de posidonia. También podéis ver delfines, lo cual a los más pequeños les encanta, además de multitud de peces de colores diversos.
El centro histórico de Altea
Esta situado en lo más alto del pueblo dibujando una postal de las más bonitas que hayas podido ver. Llegar hasta allí es casi como vivir un cuento en el que te pierdes por un laberinto de calles estrechas, empedradas, empinadas y blancas descubriendo rincones escondidos (esto les encanta a los más pequeños) repletos de restaurantes con encanto y tiendas y talleres de artesanía que te sorprenden por sus originales productos y la amabilidad de sus gentes. Para llegar hasta él puedes partir de la Plaza del Convento desde la cual hay dos caminos: puedes subir por la Cuesta Pont de Moncau o por la Costera del Mestre de la Música. Ambos caminos son preciosos y esconden cultura e historia de Altea. Desde el centro histórico se tienen las vistas panorámicas más espectaculares de la localidad de Altea. El casco antiguo de Altea es lugar de reunión con locales de ocio y restaurantes con grandes terrazas desde las que disfrutar de una relajada tarde observando el vaivén de la gente que sube y baja. También encontramos en él la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, una iglesia de la que sobresalen sus dos cúpulas de tejas vidriadas azules y blancas que terminan de dar ese toque mediterráneo al pueblo de Altea. Entre los vecinos el casco antiguo es conocido como “El fornet”.
Altea es un viaje al pasado, a la arquitectura típica mediterránea, si ya has decidido reservar entre la gran variedad de hoteles que alberga, no puedes perderte por lo menos alguna de estas zonas, aunque lo recomendable es venir durante varios días y disfrutar de todas las posibilidades que brinda Altea.